Notas para el foro estudiantil

En la Universidad Nacional Autónoma de México un profesor de asignatura incluso con estudios de posgrado percibe como salario alrededor de 700 pesos al mes por cada grupo en el que imparte cátedra, mientras un soldado raso del ejército mexicano gana al menos 6100 pesos mensuales1, estas cifras solo son un destello que refleja el actual contexto de crisis que padece nuestro país y la consecuente existencia de espacios de excepción en el territorio nacional producto de las políticas de Estado destinadas a favorecer únicamente a sectores reducidos de la población.

Los estudiantes debemos cumplir con el compromiso social y humanista que caracteriza a nuestras instituciones educativas. Para abonar efectivamente a la transformación de la realidad hay que comenzar por nuestra Universidad,  con pensamiento crítico y documentado debemos defender y ampliar los derechos sociales que generaciones precedentes de universitarios conquistaron con arduos esfuerzos.

Es en ese sentido, que como estudiantes de la Facultad de Derecho convocamos a generar espacios de diálogo permanente entre la comunidad universitaria, ya que es patente que nuestra Facultad se encuentra lejos de cubrir con todo su potencial su finalidad primordial de formar profesionistas útiles a la sociedad (artículo 1 de la Ley Orgánica de la UNAM). Para cumplir con tan importante tarea es indispensable que los alumnos contemos con condiciones de estudio que nos permitan desarrollar nuestro aprendizaje de una forma adecuada, contar con el ambiente propicio constituye un derecho fundamental.

El 30 de julio de 2008 el actual Director de la Facultad de Derecho Ruperto Patiño Manffer formuló un informe por escrito2 en el que manifestó que “muy pronto se estará en posibilidad de anunciar la inauguración de un restaurante-cafetería para uso de los integrantes de la comunidad de la Facultad de Derecho” es de resaltar que no hizo mención al indispensable subsidio a los precios de los alimentos, también se comprometió a realizar las gestiones necesarias para procurar que el personal encargado de la limpieza de los sanitarios fuera suficiente, anunció la supuesta creación de un “centro universitario para la promoción y defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales”, además reconoció el deficiente funcionamiento de la Biblioteca Antonio Caso. A casi tres años de distancia los beneficios a los alumnos de la Facultad han sido limitados y en algunos casos las acciones llevadas a cabo por las autoridades han resultado perjudiciales, como las reformas a los planes y programas de estudio, que fueron aprobadas sin consultar a los estudiantes de la Facultad de Derecho y además redujeron el nivel educativo de la licenciatura en Derecho3. En aquel informe el Dr. Manffer no mencionó la intención de las autoridades universitarias de emplear inadecuadamente los recursos disponibles para el plantel, que se materializó en la instalación paulatina de un amplio sistema de vigilancia con decenas de cámaras de video distribuidas en las instalaciones de nuestra escuela, o la construcción de innecesarios pisos de mármol con dinero proveniente de Fundación UNAM, organización a través de la cual  prominentes empresarios como Alfredo Harp Helú, primo de Carlos Slim Helú4 deducen impuestos.

Existen muchas otras cuestiones de las que es necesario informarnos, tratar colectivamente su planteamiento y alternativas de solución, ya que nos afectan cotidianamente de forma directa en nuestra formación profesional. Se trata primero de fundamentar nuestras distintas y respetables posiciones particulares para posteriormente buscar un diálogo fructífero, no utilizar nuestras necesidades como estudiantes para conseguir prebendas personales o reproducir en nuestro recinto educativo el espectáculo grotesco de los partidos políticos que obsequiando algún producto y sin debatir seriamente ni aportar propuestas valiosas esperan sumar aritméticamente votos o afiliados.

Aprendiendo de la historia de nuestra Universidad Nacional y de la mayoría de las universidades del mundo observamos que solo una organización estudiantil democrática y autónoma, con una clara independencia de las autoridades universitarias, sin injerencias de partidos políticos o grupos de poder, puede garantizar la mejora y defensa de los intereses de los estudiantes universitarios. Ese es el fundamento histórico y real del artículo 18 de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México:

Las sociedades de alumnos –es decir, los colectivos- que se organicen en las escuelas y facultades y la federación de estas sociedades, serán totalmente independientes de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México y se organizarán democráticamente en la forma que los mismos estudiantes determinen.

¡Te invitamos a tomar la palabra y participar!

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1 Datos aportados por la Secretaría de la Defensa Nacional.

2 Actualmente disponible para su consulta por internet en: 
http://www.derecho.unam.mx/web2/modules.php?name=facultad&file=informe

3 Para más información de las periódicas reformas a los planes y programas de estudio se puede revisar un artículo que elaboramos estudiantes de la Facultad de Derecho donde abordamos el tema desde una panorámica general:  http://eltribunopopular.blogspot.com/2010/11/las-reformas-curriculares-la.html

4 Alfredo Harp Helú incluso es vicepresidente del comité directivo de Fundación UNAM, destacan en el órgano directivo el político y empresario Carlos Hank Ron fundador del oscuro “Grupo Atlacomulco”, el banquero Guillermo Ortiz Martínez, Carlos Slim, el diputado priísta Francisco Rojas, entre otros. Es claro por su historia, que estos personajes persiguen intereses económicos, ya sea individuales o de grupo, pero nunca procuran el bienestar común. Acta de la primera sesión ordinaria del Consejo Directivo de Fundación UNAM: https://www.fundacionunam.org.mx/acerca/actas/12_06_08.pdf