Luego de las multitudinarias manifestaciones desarrolladas continuamente desde el año 2011 por parte de los alumnos de decenas de universidades y liceos a lo largo y ancho de aquel país andino, el movimiento estudiantil chileno se reincorpora ante la intransigencia del gobierno saliente a cargo de Sebastián Piñera Echenique y enarbola las demandas de educación pública, gratuita y contra el lucro de la educación, peticiones que también han convocado a otros sectores de la población.
El movimiento estudiantil y social chileno se enfrenta ante una estructura jurídica e institucional heredada de la dictadura militar de Augusto Pinochet, que impactó negativamente en la política educativa al impulsar la privatización de los centros de estudio existentes y alentar la creación de escuelas en manos de intereses particulares. Con la educación bajo un modelo de mercado, menos del 25% del sistema de enseñanza es financiado por el Estado y más del 75% restante depende de los aportes de los alumnos y de sus familias. Antes del golpe de Estado que el 11 de septiembre de 1973 truncó el proyecto socialista encabezado por Salvador Allende, en Chile habían ocho universidades: dos entidades estatales y seis privadas con aporte gubernamental, en el 2006 se registraba la existencia de 66 universidades, de las cuales 25 contaban con aporte fiscal directo y 41 corresponden a instituciones privadas.
En ese contexto, a pesar de la férrea represión policial y a menos de un semestre de las elecciones presidenciales, los estudiantes nuevamente se hacen notar: luego de amplias consultas y asambleas, paralizan las actividades en la Universidad de Chile las facultades de Derecho, Ciencias, Filosofía y el Instituto de Asuntos Públicos. También los alumnos a través de deliberaciones democráticas votaron a favor del paro en la Universidad de Santiago, en dos facultades de la Universidad de la Frontera, así como en el Instituto Nacional, éste último es un centro de educación media superior
La Facultad de Derecho de la Universidad de Chile desde el 16 hasta por lo menos el 30 de mayo se mantendrá en paro después de una primera consulta que contó con 904 votos a favor y 593 en contra, decisión posteriormente ratificada en Asamblea.
Según el sitio web de la Universidad de Chile, entidad pública educativa, en el 2013 un joven que decide estudiar en la Facultad de Derecho debe pagar anualmente 3,578,200.00 pesos chilenos, equivalente a 91,483.00 pesos mexicanos. Esta situación ocasiona que el 70% de los alumnos recurra a los créditos, siendo así las casas de estudio sitios de reproducción de la desigualdad social, ya que el 65% de los estudiantes no concluye su licenciatura por problemas económicos.
Restricción de derechos humanos y manifestaciones públicas
Aunque en otra entrega abordaremos detenidamente esta amplia problemática, es importante destacar que aún son vigentes cuerpos normativos emitidos en plena dictadura pinochetista que preveen mecanismos de excepción que limitan severamente el ejercicio del derecho de asociación, de manifestación pública y de tránsito. Es el caso del ordenamiento DS 1.086, el cual establece un sistema de autorización previa para toda reunión o manifestación pública con requisitos muy cuestionables, situación similar con la que lidiaron los estudiantes mexicanos durante el movimiento de 1968.
Con la legitimidad que confieren las leyes impuestas bajo régimen militar, las Fuerzas Especiales del Cuerpo de Carabineros de Chile -de carácter castrense y cuya especialidad es el control de multitudes- arremeten cotidianamente con violencia contra el movimiento estudiantil, por ejemplo el pasado 24 de mayo irrumpieron en el campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile (ver video).
En respuesta a la criminalización de la protesta social, desde el 2011 han proliferado diversas iniciativas desde la base estudiantil, en las Facultades de Derecho algunas de ellas son la impartición de talleres, asesorías, redacción de manuales y conformación de grupos dedicados a la defensa jurídica de los integrantes del propio movimiento.
Sin duda, la perseverancia y formas de organización de los estudiantes chilenos son un ejemplo a seguir por sus pares mexicanos. Desde la Organización Estudiantil El Tribuno Popular de la Universidad Nacional Autónoma de México expresamos nuestro más profundo respeto y solidaridad con su lucha, continuamos aprendiendo de sus experiencias e historia a pesar de la distancia geográfica, que en su momento tuvimos la fortuna de superar con la visita a Chile de una delegación en el año 2012.