El próximo 27 de octubre tendrán lugar las elecciones de representantes estudiantiles ante los Consejos Universitario, Académico y Técnico durante el periodo 2011-2013. Las propuestas y los planteamientos serán muchos, sin embargo, es indispensable una reflexión profunda sobre la participación de los estudiantes en los órganos de gobierno de la Universidad y los alcances que puede tener en la transformación de nuestra casa de estudios en favor de los intereses y necesidades de los alumnos.
Ya desde 1918 en Córdova, Argentina, el movimiento estudiantil reclamaba la democratización[1] de los órganos universitarios[2]. Igualmente, en México, los estudiantes de la Escuela Nacional de Jurisprudencia en 1929 señalaban que:
[...] todas las dificultades estudiantiles provienen de que la voz y voto de los estudiantes, en la forma en que actualmente está integrado el Consejo Universitario, no tiene ningún valor, pues sus representantes son en número muy inferior al número de los representantes de las autoridades escolares y de profesores, quienes llevan siempre una opinión unificada e intransigente, que echa por tierra todas las proposiciones y deseos de los estudiantes, siendo esto el origen de conflictos como el actual [...]
La estructura de gobierno en nuestra Universidad continua haciendo de lado al sector, por mucho, más numeroso que la conforma. Pese a la reciente reforma al Consejo Universitario, aprobada el 26 de agosto pasado, la proporción de representación estudiantil ─con referencia a la integación anterior─ aumentó únicamente 2%, pasando de 26% a 28%, es decir, aunque el número de consejeros alumnos creció, continuamos siendo minoría frente a profesores y directivos, ya que en otros sectores de la comunidad también se incrementó el número de representantes. Esta tendencia se confirma en la integración de los demás órganos colegiados, como los Consejos Académicos de Área y los Consejos Técnicos.
La Facultad de Derecho pertenece al Consejo Académico de Área de las Ciencias Sociales, el cual es el encargado de fortalecer las tareas sustantivas de la Universidad, en él se discute la formulación de políticas académicas generales del área, la conducción de las acciones pertinentes para la elaboración de los programas generales de la docencia, investigación, extensión y difusión, así como proponer criterios para la elaboración y el ejercicio del presupuesto de la Universidad; está conformado por 14 estudiantes y 44 profesores y directivos.
El Consejo Técnico es la máxima autoridad colegiada de la Facultad de Derecho, tiene como función revisar, modificar y aprobar planes y programas de estudio, discutir y aprobar los reglamentos de la Facultad, también se toman acuerdos sobre actividades académicas y culturales; de esta forma, casi todos los asuntos y acuerdos relativos al funcionamiento y aprovechamiento de los recursos del plantel deben ser aprobados por el Consejo Técnico. Empero, su constitución sigue la dinámica de mantener al sector de los estudiantes como una minoría. Así, encontramos a solo 2 representantes alumnos frente a 30 profesores y directivos.
En ese sentido, la representación de los estudiantes dentro de las estructuras de gobierno es muy limitada, insuficiente en sí misma para llevar a cabo transformaciones que reflejen el sentir de la comunidad. Por ello, es necesario que los estudiantes construyamos espacios de organización autónomos, que de forma permanente propongan y hagan escuchar nuestras opiniones y posiciones ante las problemáticas de nuestra Facultad y de la Universidad en su conjunto, así como pugnar por una verdadera reforma universitaria que incluya equitativamente a todos los sectores que conforman la Universidad.
Nuestra participación no debe agotarse en la emisión de un voto, sino permanecer activa. La elección que realicemos debe basarse en el proyecto que se nos presente, aquel que proponga la inclusión democrática de los intereses de la comunidad y no sólo haga crecer el currículum de unas cuantas personas; pero sobre todo invitamos a continuar organizándonos, pues será esto lo que en última instancia respalde, legitime y dé peso real a la voz y el voto de los estudiantes, dentro y fuera de las instancias formales de toma de decisiones sobre nuestra Universidad.
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[1] Entendiendo como democratización la paridad en la conformación de los órganos de decisión, es decir, igual número de representantes estudiantes, trabajadores y profesores.
[2] "La juventud argentina de Córdova a los hombres libres de Sud América. Manifiesto (Manifiesto Liminar)."
